EL PRINCIPITO CAPÍTULO IX
La mañana de la partida,el Principito puso en orden su planeta. Deshollinó cuidadosamente los volcanes en
actividad, de los cuales poseía dos.
Tenía, además, un volcán extinguido. Deshollinó también el volcán extinguido, pues, como él decía,nunca se sabe lo que puede ocurrir.
El principito arrancó también, con un poco de melancolía los últimos brotes de baobabs.
Creía que no iba a volver jamás.
.......... todos aquellos trabajos le parecieron aquella mañana extremadamente agradables
Y cuando regó por última vez la flor y se dispuso a ponerla al abrigo del fanal, sintió ganas de llorar.—Adiós- le dijo a la flor. Esta no respondió.
-Adiós -repitió el principito.
La flor tosió, pero no porque estuviera resfriada.
—He sido una tonta. Perdóname. Procura ser feliz
¿Quién vendrá a visitarme? Tú estarás muy lejos. En cuanto a las fieras, no las temo: yo tengo mis garras.
Y le mostraba ingenuamente sus cuatro espinas. Luego añadió:
—Y no prolongues más tu despedida. Puesto que has decidido partir, vete de una vez.
La flor no quería que la viese llorar: era tan orgullosa...
No hay comentarios:
Publicar un comentario